jueves, 4 de mayo de 2017

Lo que existe y lo que está por escribirse: aplicaciones para negocios vending




El concepto de las máquinas para hacer ventas automatizadas no es nuevo, pues hay registros sobre inventos hechos en tiempos de la antiguos griegos, que dispensaban agua consagrada al recibir monedas. El concepto es retomado en el siglo XVII por los ingleses y sigue hasta la era moderna.

Las empresas y los inventores buscaron múltiples productos que podrían ahorrar dinero y tener mayor presencia de marca en las ciudades sin tener que contratar más personas.

Repartición de periódico, dulces macizos y gomas de mascar, presentaban una nueva avenida de ingresos con bajo costo en la inversión de equipo. Hace unas décadas, las máquinas despachadoras de cigarros tuvieron un fuerte auge, para luego tener regulaciones especiales por no tener forma de restringir la venta a menores de edad.

De la década de los noventas en adelante, las máquinas vending empiezan a tener mayor popularidad pues su diseño es más sofisticado y personalizable, para poder vender galletas, frutas frescas, se empiezan a popularizar los modelos de máquinas vending que incluyen alimentos y bebidas calientes o fríos, abriendo un mundo de posibilidades a los inversionistas y mayor comodidad para zonas distanciadas de las tiendas de conveniencia, además de su incansable horario de trabajo.

Los cambios en las máquinas siguen sorprendiéndonos. En años recientes, las innovaciones, los nuevos métodos de comunicación y los cambios del mercado no las han hecho obsoletas; al contrario, sacan provecho de la tecnología y los expertos en marketing para las grandes empresas han sabido encontrar soluciones creativas para activación de nuevos productos, reconocimiento de marca y lo mejor, más ventas.

Un ejemplo notable es lo que la empresa del software Snapchat, pues crea gran expectativa al lanzar unos lentes que integran de forma ingeniosa la funcionalidad de foto y video para luego publicar en su plataforma. Todo esto hecho con una máquina vending personalizada con botones especiales y monitores, que además de hacer de la compra toda una experiencia, es capaz de hacer transacciones con tarjeta de crédito y despachar los lentes en un paquete especial. En Nueva York y otros puntos estratégicos, el resultado de la campaña produce filas de hasta cuatro horas de duración, para poder hacer la compra e interactuar con la máquina/mascota de Snapchat.

Lingotes de oro, pizzas recién hechas, zapatos y medias, sombrillas, libros y revistas, podría decirse que las aplicaciones y personalizaciones que podrías tener en tu equipo está restringido parcialmente al presupuesto y en mayor medida a tu imaginación.

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